Las palabras que cambian
“La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.”
— Proverbios 18:21
Reflexión
Las palabras pueden herir, pero también pueden sanar, edificar y transformar vidas. Pablo lo entendió desde muy joven.
Creció en un hogar sin la figura de un padre, solo con su madre, quien hacía lo posible por sacarlo adelante. A pesar del amor y esfuerzo de ella, Pablo anhelaba la afirmación masculina que nunca tuvo.
Fue en cuarto grado cuando conoció al profesor Herrera, un hombre de voz firme pero cálida, que le dijo un día:
“Hijo, no he visto muchacho tan inteligente como tú.”
Tal vez lo repetía a todos sus alumnos, pero para Pablo esas palabras fueron oro puro. Encendieron una chispa, un valor que no sabía que tenía. Desde entonces, se esforzó en sus estudios y se prometió no dejar que su pasado definiera su futuro.
Décadas después, Pablo es padre y abuelo. Hoy comprende cuán vital es hablar con intención y amor. Ha aprendido que una palabra dicha en el momento oportuno puede ser el inicio de una nueva historia en la vida de un niño… o de cualquier persona.
Aplicación
Tus palabras tienen impacto. Con ellas puedes levantar o derribar, sanar o herir. Así como el profesor Herrera marcó la vida de Pablo, tú también puedes transformar vidas con palabras de afirmación y amor.
Sé voz de esperanza. No subestimes el poder de una palabra dicha con fe y compasión. Una frase alentadora puede cambiar el rumbo de un corazón herido.
Oración
Señor, ayúdame a usar mis palabras con sabiduría y amor.
Que cada frase que pronuncie traiga vida, esperanza y consuelo a los que me rodean.
Enséñame a ser instrumento de edificación, no de destrucción.
Amén.