Un milagro en la cárcel

En la profunda oscuridad en un cuarto cerrado y alejado de la familia, un prisionero llamado Adolfo tuvo una visita inesperada, en su desesperante agonía emocional y espiritual. La visita no estuvo planeada para Adolfo, porque su vida estaba envuelta en violencia, alcohol, drogas y robos. Él se crió en una familia de 9 hermanos, su padre era alcohólico, tenía mucho odio en su corazón, muy joven pisó la cárcel, pero tuvo suerte de volver a salir de allí con una oportunidad más para ser un buen ciudadano.
Lamentablemente Adolfo no aprovechó esta libertad y se fue al libertinaje, convirtiéndose en un ladrón profesional y metido profundamente en las drogas. Esta vida le llevó nuevamente a tener otra entrada en la cárcel, esta vez en otro país y lejos de su tierra y familia. Pero un dia, recibió una visita milagrosa por medio de un Nuevo Testamento que alguien le regaló en su momento más amargo. Gracias a este obsequio recibió la transformación en su vida.
Adolfo hoy está libre de la cárcel, libre de las drogas y el alcohol, porque Cristo lo liberó. En Hechos 16:25ss; encontramos también un relato donde dos prisioneros llamados Pablo y Silas experimentaron un milagro dentro de la cárcel, en la Ciudad de Filipos, no se dejaron robar el gozo por las circunstancias que estaban viviendo. Entonces comenzaron a orar y a cantar al Dios vivo.
Mis amigos, la victoria está garantizada para todo aquel que no se deje robar el gozo. Aun en la más profunda oscuridad y sin esperanza, sin la libertad. Pongan sus ojos en Dios y en sus promesas de seguridad, de victoria en lugar de concentrarse en sus amarga y dolorosa vida, Dios le ofrece la paz y el gozo a pesar de los problemas.
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