Dos maneras de vivir

En esencia, hay dos maneras de vivir: una, conforme a la voluntad de Dios y otra, conforme a nuestra propia voluntad. Si vivimos bajo la nuestra veremos orgullo, mundanalidad, independencia, desamor, inconstancia. Por el contrario, vivir por la fe es cumplir el propósito del Padre sin pensar retroceder. Es vivir hasta el final una vida que cuenta, en el camino de la fe en Cristo. Hebreos 10:38 dice, Pero mi justo vivirá por la fe. Y, si se vuelve atrás, no será de mi agrado.
Ese es el camino. ¡Con Dios no hay término medio! Escoger a Jesús, el autor de nuestra fe, puede que no sea lo más fácil… el camino es estrecho y angosto. Pero es lo mejor que podemos hacer. A Dios le agradará tu fidelidad.
¿Has pensado echarte atrás? Muchas veces nos frustramos o entristecemos por varios motivos. Dios no engaña a nadie. Él no prometió que sería fácil y en algunos momentos no lo será. Cuando sientas que es así recuerda que, por la fe, las manos fuertes de Dios estarán ahí siempre para ampararte, sustentarte y confortarte… Aun así, si decides seguirlo, necesitas ser fiel hasta el fin sin desfallecer.
Decide seguir a Cristo en los buenos momentos y en los malos momentos de la vida. Niégate a ti mismo y abandona el egoísmo. Deja todo en las manos de Dios, confiando en su Palabra. No desistas de tu fe en Jesús, sigue adelante. Esto agradará al Señor.
Para orar: Señor, quiero escoger tu manera de vivir. Quiero caminar por la fe en tus promesas confiando que tu voluntad es lo mejor para mi vida. Ayúdame a seguir adelante cuando pienso desistir. No me dejes mirar atrás jamás, Señor. En el nombre de Jesús, amén.
Devocional publicado en https://www.subiblia.com/devocional-diario/ y Adaptado por Heriberto Ayala.