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Dios convierte nuestro fracaso en éxito

A Pedro, discípulo de Jesús lo conocemos como uno de los discípulos más dispuesto y enérgicos que Jesús tuvo entre sus doce. Cuando Jesús caminó sobre el agua es Pedro el que le pidió ir junto a él sobre el agua.

Cuando Jesús es arrestado es probablemente Pedro quien toma la espada y le corta la oreja a uno de los soldados. Él es el mismo Pedro que afirma ante los demás discípulos a Jesús que estaría dispuesto a entrar en la cárcel y hasta moriría por Jesús según Lucas 22: 31-34. Jesús calma su valentía y le dice que le negará tres veces antes de que cante el gallo.

Cuando Jesús fue arrestado, fue llevado al Sumo Sacerdote y Pedro lo seguía de lejos. Luego se acercó a una fogata donde tres personas distintas afirmaron que él era uno de “ellos” de los que estaba con Jesús. Las tres veces Pedro lo negó y en ese entonces canto el gallo.

Entonces el Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces». Y saliendo de allí, lloro amargamente.

Pedro no tuvo otra oportunidad de hablar sobre lo sucedido antes de que Jesús fuera condenado, crucificado y muerto. Solo Podemos imaginarnos el peso que Pedro estaba llevando encima esos días donde Jesús estaba muerto y la esperanza de los discípulos estaba hecho cenizas, porque no entendía todavía que Jesús se iba a levantar de los muertos.

Después de la resurrección de Cristo Jesús se les aparece varias veces a los discípulos en uno de estos Jesús apareció una mañana cuando algunos de sus discípulos intentaban pescar, pero no sacaban nada. Es ahí donde sucedió la pescar milagrosa con Jesús como lo encontramos en Juan 21.

Después de haber desayunado Jesús le pregunta dos veces a Pedro si lo ama, dos veces le responde Pedro que le quiere. La tercera vez Jesús le Pregunta que si le quiere, y Pedro se entristece y dijo: Señor tú sabes que te quiero. Las tres veces Jesús le dijo a Pedro cuida o apacienta mis ovejas.

Seguramente Pedro se acordó que el había negado a Cristo 3 veces. Y aquí Jesús le enseña que, si una persona le había fallado, Cristo quiere seguir usándolo en su ministerio si este se arrepiente.

Todos nosotros le hemos fallado a Dios, vivimos por su gracia, amor y perdón. El fallar a Dios no nos hace inservible si reconocemos nuestro pecado, el arrepentimiento es muy importante para que vuelva a Dios, y es alli donde él nos puede usar para grandes cosas.

Así también Dios puede usarte esta si te pones a su disposición. Pero puede ser que estes pensando, como puedo ser útil en las manos de Dios si es que le fallé, le deshonré. Pues entonces es hora de decirle a Dios, Padre perdoname por deshonrarte, quiero seguir siendo útil para tú reino, ayudame a enfocar mi vista en tí y a amarte y a cuidar los tuyos, amen.

Escrito por Nicky Wiebe y adaptado por Heriberto Ayala.