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Como amar a nuestros enemigos

Es mas fácil, amar a quien nos ama, pero es difícil amar a los que nos odian o nos hacen los malos, una frase que escuchamos frecuentemente. El Sermón del Monte en Mateo 5:38-48, que predicó Jesús habla sobre el amor a los enemigos. El maestro enseña, dos actitudes que debemos tener ante un enemigo, primeramente: amar al enemigo implica no vengarnos por el, diciendo: 38Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. 39Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.

Tenemos que decir que esta Ley, llamada del Talión surgió de los más antiguos códigos éticos que el mundo haya conocido lo que le otorga su carácter social indiscutible. Sólo era aplicable por un juez y de ninguna manera resume el sentir de Dios, sino que surge como una necesidad en un momento determinado de la historia.

Pero Jesús sorprende con algo muy superior y casi impensado, revelando perfectamente el carácter de Dios, un Dios de ninguna manera vengativo, y que a través de su Hijo propone a los creyentes una actitud diferente. Jesús enseña en primer lugar que no es bueno devolver el mal con otro mal; pero va más allá, y reconoce que el cristiano tiene un carácter superior que le permitirá humillarse frente a quien lo ofendefijense en el verso 39 No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Esto es muy difícil de entender y de llevar a la práctica porque parece injusto, pero no debemos olvidar el ejemplo de Jesús muriendo injustamente por nosotros: sólo así fue posible nuestra salvación. Una actitud como la que enseña Jesús puede llevarnos a salvar a aquel que nos hace mal, y este es un objetivo que nunca debemos perder.

En otro punto, Jesús enseña que amar al enemigo implica bendecirlo, desde el verso 43ss de Mateo 5, dice: 43Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. 44Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.

El cristiano siempre debe amar, no importa como sea la otra persona, y este amor debe ser sin condicionamientos… Dios es amor y no puede sentir otra cosa por los hombres. El buen creyente debe ser igual al Padre en esta capacidad de amar. El amor que menciona Jesús, es ágape, que hace referencia al “amor persistente, invencible, que permanece pese a todo”; este es el amor conque nos ama el Señor y este es el amor que El espera que sintamos aún por nuestros enemigos.

Jesús desafía a marcar la diferencia como hijo de Dios, a no ser igual a los in conversos en cuantos al amor condicionado, amando solamente a los que nos aman.

¿Te cuesta amar a las personas consideradas enemigas? Ora al Señor, padre celestial gracias por tu amor para con nosotros, gracias por dejarnos el amor ágape para practicar entre nuestros semejantes, sin importar la enemistades, tu nos dice que debemos de amar, no solamente a los que nos aman, te pido tu fuerza para poder vivir y practicar tu amor, amen.