En el fútbol o en otra disciplina el tercer puesto tiene todavía importancia o reconocimiento, recuerdo que en la Copa América 2015 la selección paraguaya quedo con el cuarto puesto, y el consuelo de toda una nación era que se han luchado hasta el final, como buenos atletas. Aunque no ha sido primero en el podio, la lucha y la entrega completa valieron para tranquilizarse o para echar unos granos de azucar al sabor amargo que ha dejado el resultado.

Pero quisiera expresar que, lastimosamente en el Reino de los Cielos no va existir otro puesto, que no sea el PRIMERO, el apóstol Pablo dijo en Filipenses 3:13-14; hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

No pretendamos entrar en el Reino de Dios de otra manera, a no ser a través de Jesucristo, solamente con El seremos victoriosos, saldremos campeones y recibiremos como premio la Corona de la Vida Eterna. Hagamos como el Apóstol Pablo, dejemos todo atrás aquellos que nos separaran del gran Premio, pecados, falta de perdón y sigamos adelante!!!!!

La lucha del cristiano como un buen atleta, no es contra un rival visible, sino invisibles, en Efesios 6:12, encontramos: Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.

Sepas reconocer a estos adversarios, que buscan plantar entre nosotros todos tipos de maldades, lo que se describe en 1Corintios 6:9-10 fornicación, idolatría, adulterio, homosexualidad, el robo, la avaricia, borrachera, entre otros. Y quienes practica estas cosas no heredarán el reino de Dios. De todas estas cosas solo Jesucristo librará al ser humano, y dará la oportunidad para estar en el primer puesto, y ganar el Premio mayor.

¿Estas listo para recibir este premio? ¿Que puesto pretende alcanzar? Eleve una oración a Dios, mi buen Señor agradezco por tu perdón por medio de Jesucristo, quien por su sacrificio me ha provisto el primer lugar en el podio celestial, gracias por esa corona de vida eterna, y ayúdame a enfrentar cada día a los adversarios, contigo seré mas que vencedor, amen.