Post

Share this post

Ganando batallas

¿Alguna vez te ha preguntado por qué es que haces cosas que no deseas hacer y terminas no haciendo aquellas que deseas hacer? Por ejemplo, muchos de nosotros queremos establecer en nuestras vidas un tiempo cada mañana para leer la Palabra de Dios y orar. Si nos proponemos formar ese hábito, pero llega la mañana del primer día, el espíritu esta fuerte y nos dice “hora de levantarse”, pero la carne dice, “hora de seguir en cama durmiendo”.

Entonces empieza la batalla espiritual, y fácilmente terminamos haciendo lo que no queremos hacer. Por esta misma realidad pasó el misionero Pablo que dejó marcado en Romanos 7:19-20, Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Aquí Pablo reconoce que estaba atado por el pecado, y que son piedras que no le permiten realizar lo bueno.

Es así hasta el día de hoy, muchas personas están continuamente atadas a hábitos y actitudes que no pueden vencer, como: el odio, ira constante contra otros, lujuria, relaciones sexuales promiscua, masturbación, alcohol, adicción a las drogas, o cigarrillos. Otros luchan con hábitos compulsivos como comer, hacer dietas o ejercicios, comprar, gastar, mentira, critica por todos, se involucra constantemente en chismes, dejando heridas en otros.

Cuantas veces ya has tratado de romper, y dejar de hacer lo que no queres hacer más, pero parece un esfuerzo sin sentido, sin fruto. Que parece solamente te frustra mas, y sentís que te esta llevando a corrientes mas profundas?

¿Como dejar estos hábitos que nos atan, e imposibilitan a crecer? Identifiques el nombre de la atadura, arrepientate delante de Dios, renunciando el pecado, y empieces a identificarte con Cristo quien te dio la vida y viva para él como dice en 2 Corintios 5:14-15 Porque el amor de Cristo nos constriñe o define, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. Amigos, no vivas para tus deseos, sino vivas para Cristo.

El diablo querrá molestar tu conciencia, sacando hechos vergonzosos del pasado, pero tengan la seguridad: que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas, dice 2 Corintios 5:17. Busque cada día la sabiduría, por medio del temor de Dios. Esta te ayudará a enfocarte en los buenos hábitos, para que así puedas realizar siempre lo que te propones.

¿Cuales son los malos hábitos que te impiden llevar a cabo lo bueno que desees? ¿Renunciarías al pecado para que vivas por Cristo? Ora así, querido Dios, ayúdame a identificar las ataduras que me impiden hacer lo bueno que me propongo, te pido perdón y limpiame de toda maldad. Desde me declaro nueva criatura, en el nombre de Jesús, Amén.