Hay momentos en la vida en los que puedes sentir que a nadie le interesas, porque al parecer, pasas desapercibido o ignorado. Pero cuando invierten su energía en ti, en escucharte, en oír tus ideas, tus opiniones, en saber cómo piensas, es decir, cuando dedican su tiempo para conocerte, realmente sabes que le interesas al que hace esto. ¿Crees que realmente le interesas a Dios?

Independientemente a lo que pienses, la respuesta es: Sí, y mucho, porque él te conoce más que nadie, Él te conoce infinitamente. Y esto podemos ver en las expresiones del rey David en el Salmo 139:1-6; Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.

Es impresionante y maravilloso que Dios no desvía su atención de lo que hacemos. David le dijo: “Y todos mis caminos te son conocidos”. Dios tiene un conocimiento perfecto y sabe todo de nosotros. Conoce todos nuestros pensamientos y por supuesto también todas nuestras acciones están abiertas ante Él.

Todo esto es por la razón, de que Dios es un Dios omnipotente, omnisciente y omnipresente. Es decir, Dios puede hacer todas las cosas, sin límites; él sabe todo y está presente en todos los lugares que existen. Así que, si piensas estar solo, en realidad, no lo estás, porque Dios sí te puede ver.

También debemos tener presente que Dios lleva una cuenta exacta de cada paso que damos, de lo bueno y lo malo. Dios siempre conoce nuestros propósitos, nuestra finalidad y con qué compañía andamos. Dios sabe lo que se encuentra en nuestros corazones. Dondequiera que estemos Él se interesa por cada uno, y estamos bajo sus ojos y sus manos poderosas.

Si tienen algo que esconder en su vida, delante de Dios no pueden esconder ninguna cosa. Y les digo que no vale la pena esconder algo delante del Señor, porque su Palabra en Lucas 8:17 dice: Pues no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya de ser conocido y salga a la luz. Si algo no está bien en su relación con Dios, es tiempo de arreglar las cosas y de cambiar la dirección del camino. Dios es un Dios de amor y él quiere que sepas que él se interesa por ti y su salvación es para tu gozo eterno.

¿Sientes que nadie se interesa por ti? ¿Aceptarías que a Dios le importas y que su cuidado y misericordia sean tu baluarte? Ora así: Mi amado Dios, gracias por tu palabra que es viva y eficaz, por medio de ella, entiendo que tú estás interesado en mi vida, sé que tú me conoces como la palma de tus manos. Y deseas lo mejor para mí, gracias por examinarme y conocerme, en Cristo Jesús, amén