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Pisoteado sin perder el valor

Una profesora en clase saca de su cartera un billete de 20 euros y lo enseña a sus alumnos a la vez que pregunta: «¿A quién le gustaría tener este billete?». Todos los alumnos levantan la mano.

Entonces la profesora coge el billete y lo arruga, haciéndolo una bola. Incluso lo rasga un poquito en una esquina. «¿Quién sigue queriéndolo?». Todos los alumnos volvieron a levantar la mano. Finalmente, la profesora tira el billete al suelo y lo pisa repetidamente, diciendo: «¿Aún queréis este billete?». Todos los alumnos respondieron que sí.

Entonces la profesora les dijo: «Espero que de aquí aprendáis una lección importante hoy. Aunque he arrugado el billete, lo he pisado y tirado al suelo… todos habéis querido tener el billete porque su valor no había cambiado, seguían siendo 20 euros.

Que hermoso es saber de que somos un ser especial a pesar de malas experiencias, pisoteadas por personas malintencionadas, humilladas por circunstancias difíciles. Pero de igual forma delante de los ojos de Dios somos joyas preciosas. Él nos compró con su sangre. Nos está puliendo con pruebas y aflicciones; y un día en gloria brillaremos con belleza y esplendor.

Esta afirmación encontramos en Malaquias 4:17; Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.

Dios nos demostró que somos especial tesoro en la persona de Cristo Jesús, a pesar de la vida miserable que llevábamos por causa del pecado, el envió para llegar a la cruz y cambiar el sentido de esta vida para el gozo eterno.

Mis amigos muchas veces en la vida te ofenden, te rechazan y los hechos te golpean, dejándote tirado en el suelo. Sientes que no vales nada, pero recuerda, tu valor no cambiará NUNCA para la gente que realmente te quiere. Incluso en los días en los que sientas que estás en tu peor momento, tu valor sigue siendo el mismo, por muy arrugado que estés. Por eso levántate hoy, y empieza a vivir como una joya de Dios.

¿Te cuesta aceptar de que Dios se interesa en ti, a pesar de la vida desastrosa? ¿le entregarías hoy tus penas y dolor para que él te ayude? Ora de esta forma, amado Señor me acerco a ti para buscar tu ayuda, tu perdón y que me llenes de amor. Entiendo de que tu enviaste a tu único hijo, para morir en la cruz por mi y eso me hace especial tesoro, a pesar de los errores que he cometidos, te doy gracias en el nombre de Jesús.