Una carta abierta

Hace años un predicador se mudó para Houston, Texas. Poco después, se subió al autobús para ir al centro de la ciudad. Al sentarse, descubrió que el chofer le había dado un dólar de más en el cambio. Mientras consideraba que hacer, pensó para sí mismo, “Ah, olvídalo, es solo un dólar ¿Quien se va a preocupar por tan poca cantidad?, de todas formas la compañía de autobús recibe mucho de las tarifas y no la echarán de menos. Acéptalo como un regalo de Dios.
”Pero cuando llegó a su parada, se detuvo y, pensando de nuevo, decidió darle el dólar al conductor diciéndole, “Tome, usted me dio este dólar de más.” El conductor, con una sonrisa le respondió:- Sé que eres el nuevo predicador del pueblo. He pensado regresar a la iglesia y quería ver que usted haría si yo le daba demasiado cambio”. Se bajó el predicador sacudido por dentro y dijo: “Oh Dios, por poco vendo a Tu Hijo por un dólar.”
Cuantas veces tienes la ocasión de marcar la diferencia, pero por las tentaciones te dejaste llevar y pierdes la oportunidad de ser un instrumento de cambio en las manos de Dios? El apóstol Pablo escribió a los cristianos en 2 Corintios 3:2-3, estas palabras: Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; 3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
En este texto Pablo recuerda que, como seguidores de Cristo, la vida de cada hijo de Dios, es como carta conocida y leída por todos los hombres; y esta carta no es común, sino escrita por el propio Jesús, con un marcador imborrable del Espíritu Santo, dejando así corazones transformados para ser visto y una vida abierta para ser una carta leída por todos..
Mis amigos, ser una carta abierta, es tener en tu corazón manifiesto la imagen y semejanza de Dios, es consagrar los pensamientos, obras y palabras, al único Todopoderoso. Que tu vida sea la Biblia que los demás leerán, y este crea el desafió de que vivas con un ejemplo de cristiano en todo lo que haces. Seas un modelo a seguir en el lugar donde vives, en tu familia, en donde trabajas, o estudias, y recuerda siempre las palabras del gran predicador de origen ingles, Charles Spurgeon a sus estudiantes, prediquen en todo tiempo y cuando sea necesario hablen.
¿Qué leen en la carta de tu vida aquellas personas quienes te ven de cerca? ¿Leerán vidas transformadas que buscan contagiar el amor de Dios? Ora así Padre Celestial, gracias porque por medio de Cristo Jesús, mi vida puede representar a una carta abierta para que otros te conozcan y se acerquen a ti, ayúdame a vivir cada día según tu perfecta voluntad, para que otros vean que tu estas en mi, amen.