Amar a Dios con el corazón

Muchas veces pensamos que Dios es un Dios de amor, y que ese amor sobre pasa toda barrera, ya sea religiosa, cultural y todos los niveles sociales. Pero como nosotros demostramos que le amamos también? Interesante pregunta.
Jesús comenzó el capítulo 22 de Mateo, hablando y enseñando en parábolas, luego aparece en el verso 15 los FARISEOS era uno de los principales grupos religiosos judíos en los tiempos de Cristo. Eran muy estrictos en cuanto a la obediencia a la ley de Moisés. Los fariseos criticaban a Jesús y desafiaron su autoridad divina, por lo tanto se acercan a Jesús preguntando sobre el tributo, luego en el verso 23 llegaron los SADUCEOS que eran miembros de un grupo religioso judío que tenían gran influencia no solo en el ámbito religioso sino también político, y le hace pregunta sobre la resurrección, estas preguntas la estaban haciendo a Jesús en un intento de confundirlo, en una declaración para invalidar a El como autoridad que proviene de Dios.
Y en el verso 34 dice: Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos vuelven nuevamente a Jesús para tentarlo con la pregunta: Maestro ¿Cuál es el gran mandamiento?» Jesús respondió, “Amaras al señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, Marcos agrega y con todas tus fuerzas”. Pero surge la pregunta ¿Cómo puedo demostrar amor a Dios, según el gran mandamiento?
Primero, debemos entender que el Espíritu Santo ha llenado nuestro corazón con el amor de Dios, como lo prometió, en la epístola a los Romanos: Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Romanos 5:5).
Segundo, tenemos que decir Yo lo amo porque El me amó primero, Ef. 2:4 expresa esto: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo”.
Tercero,cuando renunciamos la idolatría, porque él condena absolutamente. En Éxodo 20:3 dice: 3No tendrás dioses ajenos delante de mí. 5No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso. El celo que Dios tiene aquí no es celopatía o enfermedad del celo, sino más bien el intenso amor del Señor hacia su pueblo no tolera una honradez a medias ni la rivalidad de otro dioses, y por lo tanto cuando desechamos la idolatría estamos poniendo a Dios como primero en nuestra vida, porque le amamos. Idolatría imagen de “santos”, etc.
Cuarto, desechar la cosa del mundo, todos lo que no son de Dios o lo que no está en su voluntad, en 1Juan 2:15 dice: 15No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
En esto demostramos que amamos a un verdadero Dios, el Dios se hace el centro de nuestras vidas y está primero en todo. El que no ha aprendido a amar a Dios y a buscarlo por sobre todo y todos, está perdiendo las bendiciones de Dios.
¿Amas verdaderamente a Dios? ¿Renunciarás a todas las cosas que desagradan a Dios y así poder brindarle a él el primer lugar?