“Mis hijos se me resbalaron de las manos”

Dos de Setiembre 2015, una noticia triste sacudió al mundo entero, la información de un medio escrito decía: Era un nuevo grupo de casi 30 sirios, el que intentaba llegar a Grecia. Al menos 12 de ellos se ahogaron frente a las costas de Turquía, cuando se hundió su pequeña embarcación. La tragedia cobró mayor dimensión cuando empezaron a circular fotografías de una de las víctimas: un niño pequeño que yace boca abajo sobre la arena de la playa turca.
Se llamaba Aylan Kurdi, el niño sirio-kurdo de tres años de edad. Se ahogó junto su hermano, de cinco años, y su madre, su padre por milagro sobrevivió, quien dijo después entre llanto y desesperación, “mis hijos se me resbalaron de las manos”.
Esta expresión de un papá, con el corazón partido y sin esperanza, me lleva a pensar en nuestro Dios como Padre, como papá para muchos en esta vida, no tendría él, el mismo sentimiento que tuvo el papá de Aylan, cuando un hijo se resbala de sus manos, tomando otro rumbo viviendo perdidamente para luego terminar al costado de la playa del dolor. Es cierto para este habrá misericordia si regresa a las manos del padre.
El padre de Aylan no deseaba soltar las manos de sus hijos, y creo que tampoco los hijos, pero las circunstancias del momento tomó otra determinación. Dios padre, tampoco desea que uno de sus hijos se resbale de sus manos, pero da la libertad y muchos decidieron vivir esa libertad convirtiendo esta en libertinaje.
Una escena muy conocida en la Biblia, nos ayuda a ver este cuadro Lucas 15:11, el hijo que se resbaló de las manos del padre, salió, tomó su rumbo. Viviendo como a él se le antojaba, hasta que llegó a un punto crucial, tal vez no en la playa del dolor, pero sí en un chiquero de cerdos. Perdido, muerto espiritualmente y sin ninguna ración de comida. Pero luego pensó y volvió a las manos del padre.
Este lo recibió con un corazón lleno de amor y compasión, le brindo el perdón y le dio una nueva oportunidad. Este es el padre Celestial, si te has apartado de él vuelve hoy, esto incluye a todos, porque cada ser humano que cree y los que no creen, son obras de las manos de Dios, y todos han estado en sus manos, algunos se resbalaron y otros permanecieron.
El padre Celestial provee herramientas para que ningún hijo se resbale de sus manos, su palabra te guíe, cuando la lees puedes comprender el deseo de papá, y te ayudará a perseverar en la fe, además el Espíritu Santo consolador, te guiará y acompañará todos los días a los hijos de Dios para evitar salir de sus manos.
Mis amigos ¿estas hoy en las manos de Papá Dios? Si te resbalaste ¿te gustaría volver a estar en sus manos, para vivir seguro? Ora a este padre lleno de amor, Padre Celestial, gracias por ser mi papá, gracias por proveerme seguridad en tus manos, y herramientas para no salir de ellas. Gracias por la oportunidad que tengo de volver al lugar de refugio, en el nombre de Jesús, AMEN.