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¿Porque no tengo paz?

Te haz preguntado alguna vez ¿porque no tengo paz? O quizás esta es una pregunta sin respuesta que esta rodando en tu cabeza. Pues déjame ayudarte hoy, dándote una respuesta que se encuentra en el libro Rompiendo Ataduras, escrito por Craig Hill. La paz no es solo ausencia de guerra, ausencia de violencia, o de ruidos, sino mas bien, es el estado del alma que nos da la comunión con Dios.

Veamos lo que dice Hebreos 4:2, que describe a los hijos de Israel. Ellos no entraron en la Tierra Prometida, porque ellos le creyeron a diez espías errados que le dijeron que los gigantes eran demasiado fuertes para que ellos y que serían derrotados si entraran a la tierra. La multitud se rehusó, por supuesto, a creerle a Josué y Caleb que vieron las mismas cosas que los espías, pero llegaron a la conclusión contraria.

Ahora el Señor les dijo a los israelitas que Él les daría la batalla, pero ellos no querian creer lo que Dios dijo, veamos el texto de Hebreos 4:2; Porque nosotros recibimos el anuncio de la buena noticia, lo mismo que ellos; pero a ellos no les sirvió de nada el oírlo, porque no se unieron por la fe con los que habían obedecido al mensaje.

Ellos escucharon la Palabra de Dios, pero no le pusieron fe a lo que Dios dijo. Le pusieron más fe a lo que los diez espías dijeron. En Hebreos 3:19 dice, y vemos que ellos no pudieron entrar debido a su incredulidad. Tenemos que recordar que, como resultado ellos tampoco entraron en el reposo de Dios, en ese estado del alma de quietud y gozo.

La incredulidad en nuestros corazones es la razón por la que no entramos en el reposo de Dios y en la paz que él tiene para nosotros. Es porque no creemos que realmente Él es fiel para traernos paz, para traernos gozo, para satisfacer nuestras necesidades. No confiamos en que él es nuestra fuente, que él en verdad puede darnos la paz, el gozo y el confort que deseamos en nuestras almas. En lugar de ello, obedecemos a nuestra carne y creemos en sus engañosas y vacías promesa de paz.

Dios nos recomienda en su palabra en Hebreo 3:12-14, a no dejarnos llevar por la incredulidad, recordemos que no escogemos conscientemente estar en incredulidad. Hermanos, cuídense de que ninguno de ustedes tenga un corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios viviente. 13 Al contrario, anímense unos a otros cada día, mientras dura ese «hoy» de que habla la Escritura, para que ninguno de ustedes sea engañado por el pecado y su corazón se vuelva rebelde. 14 Porque nosotros tenemos parte con Cristo, con tal de que nos mantengamos firmes hasta el fin en la confianza que teníamos al principio.

¿Estas luchando con la pregunta, porque no tengo paz? Pues Dios te invita a acercarte a él y le entregues cualquier incredulidad que pueda golpear tu corazón. Digas esta oración, amado Dios gracias porque en ti puedo tener paz, quiero tener una buen relación contigo para que en mi ser cabe un lugar para ese tiempo de refrigerio. Ayuda a confiar siempre en ti, amen.

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